viernes, 24 de mayo de 2013

madinat Xaltis, Saltés, Huelva, مدينة

Dentro del término municipal de Huelva, en el Paraje Natural de Marismas del Odiel, se encuentra el yacimiento de Saltés. Aunque posee niveles más antiguos (protohistóricos, en concreto), lo que está mejor conservado es la medina árabe, con una zona de viviendas, un recinto fortificado y un puerto con atarazanas. Saltés es un yacimiento que, por sus condiciones excepcionales y por su interés histórico, aún puede aportar informaciones muy relevantes, en especial teniendo en cuenta que hasta ahora sólo se ha excavado una mínima parte del mismo (3.500 m2 de un total de 7 ha.), sobre todo al tratarse de un hábitat que no ha sufrido modificaciones posteriores a su abandono.

La ciudad se sitúa cronológicamente hacia los siglos X y XIII, sobre todo cuando fue sede del Reino de Taifas de los Baikríes, primero, y Reino de Taifas del señor de Umba y Xaltis -Huelva y Saltés- (después) bajo el reinado de Abd al-Aziz al-Bakrí. A partir de 1052 se produce su lento abandono cuando los dominios de al-Bakrí son conquistados por al-Mutadid y es confinado en la isla. Xaltis,  que también se llama así, llegó a alcanzar una población de 10.000 habitantes, que es mucha gente para esa cronología


Localización en la ría de Huelva el yacimiento de Saltés

El yacimiento está situado frente a Punta Umbría, en la orilla este de la ría de Huelva. La Isla de Saltés forma parte de las marismas del río Odiel y se compone de tres entidades de tierra y arenas consolidadas: El Almendral, El Acebuchal y La Cascajera. Saltés siempre se comunicó fácilmente, según los textos árabes medievales, con el área de Punta Umbría; dicen al-Himyari y al-Idrisi que, al oeste, la isla casi tocaba al continente, puesto que la ría mide solamente un medio tiro de piedra; por esta ría, se transporta todo lo necesario para los habitantes.

Existen referencias de mediados del siglo IX sobre Saltés, que narran las incursiones normandas que en este período afectaron a buena parte del Suroeste peninsular. El almeriense al-Udrí, lo mismo que al-Idrísi, señala que los normandos se apoderaron en varias ocasiones de Saltés, haciendo huir a sus habitantes para dejarla vacía. Por lo tanto, Saltés es una de las pocas localidades onubenses cuyo poblamiento está atestiguado a través de las fuentes literarias durante el emiral (VIII-IX), junto a Niebla y Gibraleón.

La época predominante del yacimiento es la almohade, si bien la existencia de la ciudad se remonta tiempo atrás, pues la actividad metalúrgica que estructura buena parte de la evolución del asentamiento islámico está ya documentada desde la segunda mitad del siglo X.


Restos de las edificaciones de la medina

El sector que corresponde a la ciudad medieval de Saltis es casi llano; el único relieve notable -se ve desde lejos- es la fortaleza en ruinas y que sobresale cinco metros respecto de la marisma. Esta alcazaba tiene una planta cuadrada de unos 70 x 40 m. con seis torres rectangulares, cuatro de ellas en los ángulos. Los muros tienen, en ciertos tramos, un espesor de 2,38 metros y están construidos en tapial. Al lado del castillo y mirando hacia Punta Umbría, quedan vestigios de unas piletas de salazón romanas, similares a las de Belo Claudia en Cádiz. De la misma época son unos sillares sueltos, hallados en la orilla de la ría, que según las investigaciones en la zona son posibles vestigios de un templo romano dedicado a Hércules, tal como informa Estrabón.

Saltis estaba protegida por las marismas y su tejido urbano fue bastante denso. Las excavaciones demuestran que las casas, muy numerosas, se apoyaban unas contra otras, organizándose en calles o callejones (este modelo es el típicamente árabe). A la medina se sumaban varios arrabales. Contaba con abundante agua potable: se han encontrado varios pozos construidos en ladrillo y brocales de cerámica en los patios, a veces con decoración rica de motivos florales. En las casas más cuidadas, también se nota la presencia de pavimentos, así como letrinas y desagües.

Otros, además, tenían jardincillos con andenes perimetrales, en algún caso regados mediante canales, o arcaduces, que llevaban agua desde el exterior de la casa. Uno de los jardines domésticos encontrados tenía 16 metros cuadrados.

Las fuentes árabes que describen la ciudad mencionan su abundancia en agua y una gran cantidad de jardines: El mar rodea la isla de Saltés por todas las partes; en una de ellas, sólo está separada del continente por un brazo de mar [de escasa] anchura (...); por allí pasan sus habitantes para buscar el agua necesaria (...) Hay pozos de agua dulce, de donde se puede sacar agua sin descender mucho, y también hermosos jardines. Esta isla posee las especies más bellas de pinos, grandes pastos siempre verdes y fuentes de agua dulce; los lacticinios y las leguminosas son excelentes (...). Al-Idrisi

El estudio arqueológico ha permitido conocer la compleja infraestructura hidráulica de la ciudad, dotada de una red de desagüe y otra de abastecimiento que seguían la red viaria. Los ciudadanos utilizaban el agua de sus pozos, como menciona al-Idrisi, para uso doméstico.


RECONSTRUCCIÓN DE UNA DE LAS MANZANAS EXCAVADAS CON LAS CALLES QUE LA DELIMITAN (ANDRÉ BAZZANA)




Las actividades industriales y comerciales de la ciudad se completaban con una agricultura rica, almunias, pastos y leguminosas en abundancia. Sin embargo, la metalurgia fue la actividad más importante de Saltés, siendo su situación geográfica lo que permitió su desarrollo. Además de constituir un puerto ideal, por estar en la confluencia de itinerarios fluviales y marítimos, la posición de Saltés hacía fácil el transporte del mineral y del combustible necesario para la fundición de los mismos. Las herrerías se localizaban en los lugares donde los vientos dominantes, de noroeste o de suroeste, protegían a la población del humo y de los sulfuros.

Futuras excavaciones (si es que alguna vez pueden llevarse a cabo) ayudarían a determinar las siguientes cuestiones
  • El paso de la antigüedad tardía a la época medieval (Saltés es uno de los pocos sitios donde puede haber existido una continuidad de poblamiento) y la definición del yacimiento antiguo (la factoría de salazón, el santuario o la población).
  • El estudio del urbanismo ortogonal de la ciudad, insólito en el mundo islámico, al que se debería sumar el de la ordenación del puerto, ya que este tipo de vestigios son prácticamente desconocidos en la Edad Media, excepto en el caso de Mahdia, en Túnez.
  • La definición de las características de un hábitat urbano no transformado en época cristiana y no posterior al siglo XIII.
  • El estudio de la metalurgia del hierro en época medieval. Saltés, situada en la desembocadura del Odiel y del río Tinto, pudo ser el último eslabón en la cadena de trabajo de este metal, siendo el primero la extracción del mineral en las minas de Rio Tinto.
Para saber más:

Alejandro García Sanjuán: Una fetua de época Almorávide sobre el pleito surgido en Saltés, Huelva en su historia, nº 8, 2001, págs. 391-402.

BAZZANA, A. y BEDIA, J. (dir.), Excavaciones en la isla de Saltés (Huelva), 1988-2001, Sevilla, Junta de Andalucía, 2005, 400 pp. + 1 CD-ROM.

http://lahuelvacateta.wordpress.com/2009/06/28/la-ciudad-de-salthish/

De momento, Saltés no puede visitarse porque se encuentra en un paraje natural en el que está criando el águila pescadora, hecho éste, también de importancia ya que al parecer esto no ocurría en España desde hace 35 años. Sin embargo, es muy posible que a partir de agosto pueda volver a visitarse, previa solicitud en el “Centro de visitantes de Marismas del Odiel“, que se encuentra en Calatilla, aunque sólo está al descubierto una pequeña parte de la cuidad y desde hace un tiempo está casi todo tapado por la vegetación, pero sin duda, sería muy interesante acceder y poder disfrutarlo.